La muerte es un tema tabú en nuestra sociedad. No es mi intención analizar aquí por qué no queremos ser conscientes de ella sino por qué nos podría beneficiar serlo.
A pesar del culto al cuerpo existente en nuestra sociedad, la muerte forma parte de la vida y como tal hay que aceptarla. Independientemente de las creencias personales que lleven a pensar en otra vida o en el más allá, el mero hecho de saber que algún día no habrá "más aquí" nos puede ayudar.
A librarnos del orgullo y la vanidad, porque algún día no seremos nada.
A no tener miedo a correr riesgos, porque algún día lo perderemos todo.
A no obsesionarnos con acumular posesiones, porque algún día las tendremos que dejar atrás.
A no temer a la vergüenza ni al ridículo, porque algún día desaparecerán con nosotros.
A no dejar para mañana lo que queremos y podemos disfrutar hoy, porque quizás el mañana no llegue.
A luchar por lo que queremos y no por lo que los demás nos imponen, porque ésta es nuestra vida y no la suya.
A dedicar más tiempo a quienes estimamos, queremos o amamos, porque algún día ni ellos ni nosotros estaremos aquí.
A cuidar del mundo en que vivimos, porque algún día solo seremos la huella que hemos dejado en él.
Imagino un paseo por un cementerio y pienso en las palabras de Steve Jobs:
"Recordar que voy a morir pronto es la herramienta más importante que haya encontrado para ayudarme a tomar las grandes decisiones de mi vida. Porque prácticamente todo, las expectativas de los demás, el orgullo, el miedo al ridículo o al fracaso, se desvanece frente a la muerte, dejando solo lo que es verdaderamente importante. Recordar que uno va a morir es la mejor forma que conozco de evitar la trampa de pensar que tienes algo que perder. Ya estás desnudo. No hay razón para no seguir tu corazón".
REFERENCIAS:
Discurso de Steve Jobs en la Universidad de Stanford:
https://www.youtube.com/watch?v=HHkJEz_HdTg
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